Mi punto de partida: los animales como pupilos… ¡Y maestros!
Nuestros peludos son grandes motivadores: primero, porque los amamos locamente, y segundo, porque somos conscientes de que su felicidad (¡incluso su vida!) depende de nosotros. Por si eso fuera poco, son los mejores maestros: no solo no nos juzgan, sino que además reflejan nuestro interior a la perfección, de modo que podemos medir nuestros avances en la interacción con ellos.
¿Quieres disfrutar de paseos, viajes y actividades con tus animales sin preocupaciones? ¿Te gustaría generar un vínculo estrecho, libre y sano con ellos? ¿Aspiras a ser un líder equilibrado, tranquilo, amoroso al que seguir sin tensiones ni esfuerzo? ¿Te preocupa algún aspecto puntual sobre el que quieras charlar o trabajar: miedo, territorialidad, conductas destructivas, desobediencia, relaciones con otros animales, integración de un nuevo miembro a la familia, enfermedad, adopción, eutanasia…?
Te invito a enriquecer tu vida con matices, formas de ver y experiencias que hasta ahora no estaban en tu radar. Te invito a darle un nuevo aire a tu forma de relacionarte con tus animales —y seguramente contigo mismo— y a disfrutar al máximo de tu vínculo humano-animal.
Descripción
Por regla general las sesiones se realizarán online. Habitualmente el diálogo resulta más que suficiente, si bien en ocasiones solicitaré realizar grabaciones de algunas actividades cotidianas (comida, paseos, recepción de extraños en la casa) o de algunos espacios (cama, comederos…).
Si compartimos lugar geográfico podemos hacer sesiones presenciales. Habitualmente visito el domicilio para conocer el espacio y las rutinas del animal y, según el caso concreto, ampliaríamos la visita a la calle o al parque. Si lo deseas también podemos hacer una sesión campestre.
Ten en cuenta que dependiendo de los requerimientos estas sesiones pueden ocuparnos 2 o más horas por lo que te recomiendo que me contactes con antelación para organizarlas. En caso de que sea yo quien me desplace, tú te harías cargo de los gastos.
Información
- Vínculo humano-animal
- Sesiones online
- Sesiones presenciales (opcional)
- Opciones disponibles: sesión única o pack de 4 sesiones
- Duración: 1 hora
¿Qué obtendrás con estas sesiones?
- Una comprensión profunda acerca de la forma de pensar y actuar de tus animales.
- Un entendimiento sobre sus necesidades y sobre qué puede estar faltando.
- Luz sobre sus conductas menos encantadoras y sobre cómo tú, sin darte cuenta, puedes estar contribuyendo a ellas.
- Herramientas para hacerles entender lo que esperas de ellos.
- Claves para entrenar a tu perro y convertirlo en un can equilibrado, obediente y todoterreno (con gatos se puede trabajar a otro nivel).
- Un conocimiento de tus miedos e inseguridades más profundas que se proyectan en tu relación con tus animales.
- Comprensión y verte con amor ¡Y lo mismo respecto de tus animales!
- Seguridad en ti mismo y confianza en tus animales.
- Una convivencia pacífica.
- Libertad mental: vivir sin culpa.
- Libertad de movimientos (para viajar, dejarlos en casa sin miedo a destrozos, compartir espacios con otras personas o animales…).
- Reconexión con tu lado más salvaje, natural e intuitivo.
- Un vínculo humano-animal basado en el amor, la comprensión, la obediencia y el respeto alejado de fórmulas autoritarias o anuladoras de la naturaleza del animal.
- Disfrute al máximo de la vida en manada.
Cuando Yamila abrió el servicio de asesorías para ahondar en la sana convivencia con las mascotas, no dudé en contactarla. Hacía un par de meses tenía mi primera gata y ella, aparte de Linda, contaba con la experiencia de dos mininos rescatados. Yami a cada uno nos dio más que una receta que seguir, un despertar, una toma de conciencia, un análisis para encontrar en nuestro interior lo que reflejamos en el exterior con nuestras mascotas. Por su extraordinario conocimiento de los humanos y animales y por su cercanía ha sido un trabajo emocional mejor que con un psicólogo.
Mia era una perrita con varios problemas, en sus primeros años de vida era un caos total, no hacía caso a ninguna orden, hacia sus necesidades dentro de casa, en la calle solo quería escapar. Comencé a trabajar con Yamila al ver el vínculo que tenía con Linda. Yo como responsable de Mia no pensaba que fuera posible llevarla de paseo a la playa y convivir con ella como si fuera un miembro más de la familia. La primera recomendación fue llevarla al parque tres veces al día (antes Mia estaba casi todo el día sola en un patio de 4 paredes puesto que mi familia no podían pasearla y yo me encontraba constantemente en el trabajo). Fue muy emocionante cuando, después de 3 salidas con Yamila, vimos a Mía hacer popó por primera vez en su vida en el césped. Ella insistió para que la incluyéramos en los planes familiares, aunque nos pareciera un suicidio. Así es como la llevamos incluso a comer a restaurantes. La primera vez se orinó y casi tira abajo la mesa con la correa, pero Yamila manejó la situación con total naturalidad. «Mia no es un desastre, es una perra maravillosa, solo necesita tiempo y guía para aprender lo que esperan de ella», decía cada vez que nos veíamos superados por su conducta. Mostró cariño y una total confianza en ella y Mia respondió de manera increíble. Yamila fue quien nos pidió soltarle por primera vez la correa en el parque tras una semana de encuentros y entrenamiento. Mía corrió detrás de los demás perros y, para sorpresa de toda mi familia, regresó cuando la llamó. Seguí todas las indicaciones que me dio y Mia empezó a hacerme mas caso, ya no quería perderse por el barrio como escapando de una prisión.
Después llegó el momento de seguir el ejemplo de Linda y Yamila y decidí llevar a Mia a paseos largos, ríos y fincas. Hoy Mía se mete automáticamente en el auto cada que ve una puerta abierta recordándome que somos compañeros de ruta. Estas nuevas experiencias afianzaron nuestro vínculo y empecé a sentir un respeto de Mia hacia el alfa de su manada que vendría siendo yo, pero un respeto forjado en amor. Mi consejo para padres perrunos desesperados como yo es que siempre se pueden cambiar las cosas con la ayuda adecuada, como fue mi caso. Ningún perro es «caso perdido”. Como me enseñó Yamila, los cambios empiezan por los humanos que rodean al animal. Mia que ahora tiene 5 años, vive muy tranquila y feliz y se comporta muy bien.
Los cambios en una sola sesión online fueron impresionantes. Yamila me recomendó utilizar un arnés especial con Vainilla y sacar a pasear a mis perras por separado una vez al día, además de algunos procedimientos cuando llegan visitas a casa. Desde entonces los paseos son muchos más amables, Vainilla ha dejado de tirar de la correa. Canela ha podido desarrollarse fuera de la sombra de Vainilla y es mucho menos miedosa y más equilibrada. Mis cuñadas ya no pasan miedo cuando vienen a visitarnos.
Consulté a Yamila porque mi perrita Wayra no obedecía a la llamada en entornos abiertos. ¡La experiencia guiada por ella en el bosque fue fantástica! En todo momento estuvo súper atenta a cualquier interacción con Wayra dándome consejos y explicándome porqué era importante hacer de tal o tal manera. ¡Es muy fácil hacer las cosas mejor cuando entiendes porqué! Cuando Yamila me dijo que podía darme cuenta de mis patrones y expectativas con otras personas observando la relación que tengo con mi perro, empecé a ver cosas a las que nunca había prestado atención antes. Al pensar en ello se me hizo super evidente lo que sentía, esperaba o qué quería que Wayra hiciera: Gracias a Yamila conseguí conocerme un poco mejor.
Me fascinó también cuando me explicó que lo verdaderamente importante era acordar un lenguaje con Wayra y que ella supiera en todo momento qué esperaba yo de ella: por ejemplo, si no me importaba que estuviera un poco lejos de mí o si quería que estuviera a mi lado mientras me paraba durante el paseo. Todo fluyó, empecé a entender mejor a Wayra y (creo que ella también;)) cómo tenía que hablarle y mostrarme para conseguir que me hiciera caso. Creo que algo se despertó en nosotras ese día…